La metáfora del Gran Hermano

Georges Orwell, en su novela el Gran Hermano (1984), vislumbró al monstruo que nos vigila como un tirano, pues vició en una época de tiranos. Nada de lo que se haga en cualquier lugar escapa al ojo atento del Gran Hermano.

En el pasado inmediato el poder del estado era centralizado, en la actualidad tenemos una sociedad de vigilancia, el poder también es vigilado, lo que cambia la estructura del poder y su impacto en la autoridad, en la cultura, en la política, etc. Los estados actuales tienen una capacidad tecnológica para ejercer una vigilancia, así como para vincular y recuperar datos, muy superior a la que Orwell pudiese imaginarse, y ciertos aspectos del Estado en tanto que Gran Hermano se han hecho efectivamente realidad. Pero son los Pequeños Hermanos del sector privado los que recogen más datos personales de los ciudadanos, la clave del nuevo marketing inteligente es la información, la sociedad estaba tan preocupada por evitar el Gran hermano que dejo pasar a miles de chismosos entrometidos en sus hogares.

El Ojo único ya no es necesario ya que su efecto puede sustituirse con una multitud dispersa y competitiva de pequeños ojos. Todo esto ha fomentado teorías como la de Gotieb que llegan a plantear que la intimidad ya no existe.

La contravigilancia para fines democráticos también suele ser tan intolerante con la intimidad como lo es la vigilancia estatal y empresarial. Al aumentar la vigilancia con la alta tecnología, aumenta la capacidad de vigilancia jerárquica de arriba hacia abajo, pero también intensifica la vigilancia de abajo hacia arriba.

La misma tecnología que utilizan para vigilar a los ciudadanos es utilizada como instrumento de presión política por ciertas guerrillas, o movimientos de presión social, por ejemplo la golpiza que la policía de los Ángeles dio a Rodney King que se convirtió en motor de protestas sociales, el caso de Nixon cuya tendencia a registrar todo encubiertamente se convirtió contra él  al utilizar sus grabaciones en casos de espionaje. Una constante de esta época de alta tecnología es colocar a las figuras públicas bajo el escrutinio público, lo que en la gran mayoría de los casaos se convierte en un espectáculo mediático, a causa de ser figuras públicas consideran la vida privada de los políticos como de propiedad pública, como el caso de la becaria Lewinsky y su relación con el presidente Clinton, o muchos otros casos registrados a nivel mundial.

La posibilidad de vigilar al poder a generado casos como: el mensaje dejado en el Ministerio de Economía en 1998 por los rebeldes del Ejército Zapatista en México que decía “!Te vigilamos Gran Hermano!”, la capacidad de este grupo para utilizar las nuevas tecnologías lo ha hecho relevante a nivel internacional o el caso del Obispo Gaillot que creo una diócesis virtual, en respuesta a la decisión del Vaticano de trasladarlo a Partenia, diócesis prácticamente inexistente.

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